Aumenta violencia étnica en Kirguistán: alrededor de 100 muertos y 75.000 desplazados

14 de junio de 2010

Osh, Kirguistán - La violencia étnica en el sur de Kirguistán entre kirguises y uzbekos ha provocado el saldo de 113 muertos, 1.440 heridos y 75.000 desplazados, según últimos datos aportados por el Ministerio de Sanidad de Kirguistán hace unas horas.

La situación ha alcanzado niveles críticos, obligando al gobierno provisional de Rosa Otunbáeva a pedir ayuda militar de Rusia, aunque con resultados no esperados, y a movilizar a todos los varones kirguises de hasta 50 años para controlar la violencia. También el gobierno provisional ha decretado el uso de la fuerza excesiva, permitiendo "disparar a matar", ante el fracaso del toque de queda impuesto en la zona.

Muchos uzbecos étnicos, que constituyen una significativa población en las ciudades kirguises de Osh y Jalal-Abad han huido en dirección a Uzbekistán, que ha abierto sus fronteras para recibir a los miles de refugiados. Mientras que en el vecino país, temen que la escalada de violencia cruce sus fronteras y agudice el conflicto, involucrando la intervención militar de Uzbekistán.

El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, ha expresado su preocupación por los enfrentamientos y ha coordinado junto con la Unión Europea y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa en busca de una solución pacífica. Estados Unidos sólo se ha limitado en un comunicado a pedir la búsqueda de la "rápida restauración de la paz y el orden público".

El sur de Kirguistán se ha convertido en una región inestable tras el derrocamiento del anterior presidente, Kurmanbek Bakiyev, el pasado mes de abril, ya que Osh y Jalal-Abad fueron considerados sus bastiones políticos. La convivencia entre las etnias uzbeka y kirguís ha sido irregular, ya que en 1990 hubo un enfrentamiento étnico con saldo de víctimas.

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