Ángel Nieto da nombre al Circuito de Jerez

7 de mayo de 2018

Los pasados días 5 y 6 de mayo, y con motivo del Gran Premio de España de Motociclismo, Jerez de la Frontera renombró el Circuito de Jerez como Circuito de Jerez Ángel Nieto. La bautizada como Catedral del Motociclismo recibió así el nombre del campeón de 12+1 títulos, que fue el primero en tener su propia curva.

El jueves, el trazado jerezano tomaba su nuevo nombre en un homenaje en el que también se descubría un enorme busto del zamorano, en la entrada principal del recinto, donde todos los aficionados que se acercaban a vivir el fin de semana de competición pudieron admirar a la figura más importante del motociclismo español.

Ángel Nieto en 1970

Los hijos de la leyenda, Ángel Nieto Jr. (Gelete) y Pablo Nieto, se subieron a lomos de las motos históricas de su padre: la Garelli 125cc y la Derbi 80cc, para dar una vuelta de honor al circuito, mientras el más pequeño, Hugo, se encargó de dar la salida y de ondear la bandera a cuadros tras la vuelta. Además, fueron sus hijos los encargados de anunciar la andadura oficial de la Fundación Ángel Nieto, cuya sede estará en Vallecas, que tendrá como principal objetivo ayudar y asesorar a las víctimas de accidentes de moto y a sus familias, además de ofrecer respaldo a jóvenes deportistas para que puedan acceder al motociclismo.

Finalmente, los moteros que se acercaron hasta Jerez para vivir el Gran Premio de España le rindieron un último homenaje al campeón, y en cada 12+1 vuelta de las 3 categorías del mundial, los aficionados se ponían en pie, con una ovación improvisada, donde los aplausos no cesaron hasta que el último piloto pasaba por línea de meta. Un busto con su cara fue el trofeo que recibieron los vencedores de cada carrera.

Nació en Zamora pero Ángel Nieto también podía ser considerado jerezano, al menos de alma, orgullo y profesión. Fue por primera vez a Jerez de la Frontera tan pequeño que necesitaba un permiso familiar para poder viajar solo, algo que no tenía cuando la policía se adentró en el tren que tenía como destino Jerez; él y otro compañero carecían de dicho permiso así que el presidente que organizaba la carrera urbana de Jerez tuvo que mediar para que dejasen marchar a los jóvenes pilotos, que iban a disputar el Gran Premio.

Nadie podía imaginar por aquel entonces que estaban ante uno de los mayores pilotos que ha dado el motociclismo español, y también uno de los más laureados, aunque el título más importante y duradero para él fue el reconocimiento y el cariño de quienes le animaban desde las vallas.

Lo que más destacaba Ángel Nieto del motociclismo era su afición y afirmaba sentirse arropado por los amantes de las dos ruedas hasta el final. Seguía yendo a los circuitos porque lo pasaba bien, tanto como en sus tiempos de piloto; «Yo quería ver el motociclismo que hay hoy, quería ver lo que el motociclismo da, lo que el motociclismo ofrece, la pasión de la gente. Hay deportes que deberían analizar qué es lo que mueve la moto. Aquí en Jerez, el domingo a las siete de la mañana hay 50.000 personas sentadas en el campo hasta las tres de la tarde, si tú haces un partido de fútbol con esos horarios, probablemente se vaciaría el campo», declaraba para Movistar.

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