Amnistía Internacional acusa a Israel de cometer crímenes de guerra

27 de agosto de 2006

Un informe de Amnistía Internacional (AI) acusa a Israel de atacar civiles de manera deliberada durante su campaña contra Hezbolá en el Líbano y dijo que el estado de Israel es culpable de crímenes de guerra.

Según AI, Israel no sólo atacó tiendas de alimentos de manera intencionada durante los ataques de artillería y los bombardeos aéreos, sino que bloqueó hospitales y servicios públicos como acueductos y plantas de energía para obligar a la gente a abandonar los pueblos.

"La evidencia recogida sugiere contundentemente que la extensa destrucción de obras públicas, sistemas de generación de energía, casas de civiles y la industria era parte integral de la estrategia militar y no dañó colateral", afirma el reporte.

Según Israel, ellos no atacaron civiles y advirtieron a los no combatientes que abandonaran el sur del Líbano. Israel afirma que el único responsable por la destrucción es Hezbolá.

Crímenes de Guerra

Según el reporte de Amnistía Internacional, entre el 12 de julio y el 14 de agosto de 2006 la Fuerza Aérea de Israel llevó a cabo más de 7.000 bombardeos aéreos contra 7.000 sitios.

Por su parte, la armada israelí hizo más de 2.500 bombardeos y lanzó un número aún indeterminado de ataques de artillería contra el sur del Líbano.

Los ataques israelíes mataron a más de 1.100 personas, de las cuales la tercera parte eran niños. Como resultado hubo 4.000 heridos y 970.000 personas obligadas a abandonar sus hogares y huir al norte.

Según AI muchas de las violaciones llevadas a cabo por Israel son crímenes de guerra que dan lugar a la responsabilización a nivel individual por los crímenes.

El gobierno libanés estimó que 31 sitios claves de infraestructura como el aeropuerto, los acueductos, los sistemas de alcantarillado, las plantas de tratamiento de aguas residuales, 80 puentes y 94 autopistas fueron parcial o totalmente destruidos. Además, más de 25 estaciones de gasolina y 900 negocios fueron atacados, y más de 30.000 casas y oficinas fueron demolidas.

Según el gobierno israelí, ellos sólo estaban destruyendo la infraestructura de los terroristas y el daño a infraestructura civil fue incidental y el resultado de que Hezbolá usara "escudos humanos".

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