Bielorrusia en elecciones parlamentarias claves para un futuro con la UE

Minsk, Bielorussia
28 de septiembre de 2008

Hoy comenzaron en Bielorrusia las elecciones parlamentarias, cruciales para el futuro de las relaciones del país la Unión Europea. El gobierno de la ex república soviética, regido por el presidente Aleksandr Lukashenko, es muchas veces culpado por la degradación de las relaciones de su país con la UE debido a su firme apoyo a Rusia.

Aunque en occidente los comicios se ven como una apertura del régimen, Lukashenko es referido en Estados Unidos como "el último dictador de Europa". Pero desde el conflicto en Georgia, el occidente ha intentado traer a su esfera de influencia al país.

La oposición bielorrusa hizo hincapié en que esta votación sería "no democrática". Para las 110 bancas en juego, la oposición ha presentado 70 candidatos contra los 263 presentados por el oficialismo. Asimismo, la oposición reprochó que se ha visto frenada por maniobras del gobierno de Lukashenko.


Por su parte, la Unión Europea declaró que levantaría las sanciones impuestas sobre representantes del gobierno de Minsk –mediante las cuales se le impide a 40 de sus funcionarios, entre ellos Lukashenko, transitar por suelo de la UE–, pero sólo lo haría si se registran "progresos democráticos" en los comicios.

Pero Lukasehnko se mostró nuevamente en oposición a Occidente, declarando que si las elecciones son calificadas como no democráticas, "vamos a romper las conversaciones con ellos". Pero a fin de demostrar su "buena voluntad", el presidente puso en libertad hace poco a los presos políticos

De acuerdo a expertos, su oscilación entre Rusia y Occidente se debe a la degradación de las relaciones con los rusos, debido a su poco apoyo durante la crisis en Georgia.

Entre los presos políticos liberados se encontraba Alexander Kuzulin, líder de la oposición, quien advirtió que Europa no debía declarar las elecciones como democráticas, diciendo que tal toma de decisión sería "una traición".

Los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) reiteraron su preocupación sobre la legitimidad durante el escrutinio si no se le permite observar el mismo.

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