China prohíbe la venta de órganos de prisioneros ejecutados

3 de abril de 2006


China anunció el pasado martes que prohibiría la venta de órganos humanos, después de que se conociera que ciudadanos japoneses y malayos habían viajado a dicho país para hacerse trasplantes de órganos, falleciendo posteriormente.

El ministerio de salud emitió una regulación que tendrá efecto desde el 1 de junio de 2006, la cual prohíbe la venta de órganos e introduce un conjunto de estándares.

La medida prohíbe a los hospitales la remoción de órganos sin el expreso consentimiento del donante. Además, sólo los hospitales que cumplan con ciertos requisitos podrán efectuar trasplantes.

Otra medida incluye la suspensión de licencias para aquellos hospitales cuyos pacientes no sobrevivan más de cierto número de años.

El mercado negro de órganos

Las medidas sin embargo no resuelven el principal problema que es la escasez en la oferta de órganos y una alta demanda, las cuales generan el mercado negro de órganos.

Los hospitales secretamente remueven órganos de pacientes que mueren en accidentes sin informar a los familiares.

Las organizaciones internacionales han denunciado que la mayor cosecha de órganos viene de los prisioneros ejecutados, cuyos cuerpos salen del patio de ejecución directamente al hospital donde todos sus órganos son extraídos.

Sin embargo, Pekín ha asegurado que ese porcentaje es insignificante y que en todos los casos se hace con el "consentimiento del condenado o su familia".

Se calcula que entre 3.400 y 8.000 prisioneros son ejecutados en China cada año. El método tradicional de ejecución es un tiro en la cabeza, pero recientemente se ha introducido la infección letal, con lo que una cantidad mayor de órganos se dejan intactos.

La venta de órganos se hace principalmente a extranjeros, de Japón, Estados Unidos, Canadá y Malasia.



Fuentes