Confrontación entre ex presidentes provoca revolcón diplomático en Colombia

Bogotá, Colombia
12 de julio de 2006

El ex presidente Andrés Pastrana renunció este martes (11) a su cargo como embajador de Colombia ante Estados Unidos, como muestra de inconformidad por la designación del ex presidente Ernesto Samper como embajador en Francia. La decisión de Pastrana, quien llegó la madrugada del martes a Bogotá para discutir la decisión con el presidente Álvaro Uribe Vélez, provocó un auténtico remezón en la Cancillería del país sudamericano.

"Me dejó sin salida; por dos caminos. Uno si mañana me preguntan que opino del nuevo embajador en Francia la respuesta ya la conoce el país. Hay una imposibilidad moral de aceptar y defender este nombramiento y además nadie entendería que Pastrana defendiera a Samper ni el mismo", declaró Pastrana, quien dijo a los medios que Uribe le insistió que no abandonara el cargo. Ante lo sucedido, Samper declinó su nombramiento y calificó de "chantaje" la renuncia de Pastrana: "Es un final muy triste, no se pueden poner los intereses personales por encima de los intereses del país [...] Lamentablemente la actitud un poco ciega del ex presidente Pastrana va a frustrar estos esfuerzos para la liberación de los secuestrados", sostuvo Samper a la cadena Caracol Radio.

El nombramiento de Samper, que se conoció el pasado fin de semana, generó toda clase de reacciones, entre ellas la de la familia de la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt, quien lleva más de 4 años secuestrada por las FARC y quien tiene ciudadanía francesa. Samper y Pastrana son enemigos políticos naturales y, hasta meses antes de la reelección de Uribe, eran opositores de su gobierno.

El nombramiento de Pastrana a finales del año pasado fue visto como una "jugada política" de Uribe para neutralizar la llamada "ala pastranista" del Partido Conservador, que planeaba nombrar candidato propio para las elecciones presidenciales de mayo pasado. Por su parte, el ex presidente liberal, quien fue cuestionado durante su mandato por la supuesta entrada de dineros del narcotráfico durante su campaña presidencial en 1994, se había alejado de la línea opositora oficial de su partido. Betancourt fue una de sus mayores detractoras durante los debates en el Congreso, que al final se abstuvo de juzgar al entonces mandatario.

Así las cosas, Uribe decidió reemplazar a Pastrana con la actual ministra de Relaciones Exteriores, Carolina Barco, quien a su vez será sustituida por María Consuelo Araújo, ex ministra de Cultura y quien había sido destinada a la embajada en México. A Francia iba a ser enviada María Angela Holguín, quien es la representante de Colombia ante la ONU, pero en las últimas horas se conoció su negativa, afirmando que debía regresar al país por "problemas personales" y que la noticia de su nombramiento le llegó mediante un mensaje de voz enviado por el vicepresidente Francisco Santos a su celular.

El remezón trae a colación los cuestionamientos sobre el uso que en Colombia se le ha dado al servicio diplomático para pagar favores políticos o neutralizar opositores. Un reciente borrador de informe de la Contraloría, conocido en abril pasado, reveló la existencia de un detrimento patrimonial de más de $8.000 millones (US$3,21 millones ó €2,52 millones) al año, pues muchos cargos son nombrados en carácter provisional a pesar de que existen funcionarios de la carrera diplomática que pueden hacerlo y que, de todos modos, reciben su salario, aún si ejercen cargos inferiores a aquellos para los cuales están capacitados.


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