El Congreso de los Estados Unidos debate nueva ley de inmigración

27 de marzo de 2006

Luego de varias jornadas de protesta protagonizadas por cientos de miles de inmigrantes en las ciudades de Los Ángeles, Phoenix, Milwaukee, Dallas y Columbus (Ohio) el pasado fin de semana, la "Comisión Judicial del Senado" de los Estados Unidos encabezado por su presidente, Arlen Specter, se prepara para debatir este lunes (27) el asunto más esperado por cerca de 12 millones de personas con situación irregular en este país: Conciliar o rechazar el proyecto de ley (HR4437) aprobado por la cámara de representantes en diciembre pasado. Mientras la comisión calculan tomar dos semanas para definir el tema, el cual puede también quedar cerrado el mismo lunes, una gran masa de personas, la mayoría de origen mexicano, aguarda frente al Capitolio de los Estados Unidos como última medida para presionar un cambio menos drástico, al tiempo que el presidente Bush pedía un debate "cívico y paciente", en momentos que asistía a una ceremonía de naturalización de inmigrantes y en la que dejó ver su interés por reforzar la frontera.

Entre los puntos por decidir, la comisión estudiará las pospuestas etapas de construcción de un muro en casi un tercio de toda la frontera mexicana, inquietud remitida al Departamento de Seguridad Interna (DHS) por el Comisión Judicial del Senado para evaluar su viabilidad tanto en México como Canadá. Adicionalmente se analizará el desarrollo de un programa de trabajadores invitados, los requisitos para la naturalización, la regularización de los trabajadores indocumentados, la definición de la situación judicial de los capturados que tratan de ingresar ilegalmente al país, y el castigo a quienes contraten o ayuden a los indocumentados, incluso, si la ayuda es por razones humanitarias. Todas estas medidas hacen parte del plan "base" con que cuenta el senado, pues no existe un proyecto acompañante del proyecto aprobado por la cámara.

En vísperas de las elecciones al congreso en noviembre próximo, la mayoría republicana, en especial, aquellos senadores con poca influencia dentro del partido, saben que lo mas caro que se pone en juego, es el tradicional respaldo de la clase blanca obrera, la cual ha visto perder sus trabajos y mejores salarios en comparanción con el auge de la mano de obra más barata de los inmigrantes, pese al crecimiento económico. Desde el inicio de la administración Bush, se cree que 8 de los actuales 12 millones de inmigrantes han podido entrar a éste país gracias a las políticas favorables de inmigración aprobadas por la mayoría republicana en el 2001 y el 2004, políticas que son hoy criticadas como causa del descalabro financiero del sistema de seguridad social en California y por el aumento de la criminalidad en la mayoría de los Estados sureños.

Jon Kyl y John Cornyn, senadores republicanos con poco poder dentro de su partido, presentaron por su parte un proyecto en el cual se endurece la posición frente a los inmigrantes, aunque dejan intacto el programa de "trabajadores invitados" del presidente Bush, y proponen un indulto por 5 años. Esta propuesta fue la que desencadenó la movilización masiva de inmigrantes en Los Ángeles (California) el pasado 24 de marzo de casi 500 mil personas y otras tantas a lo largo del país. Sin embargo, el proyecto Kyl-Cornyn, es poco comparado con los intereses de la mayoría republicana, quienes preferieren no tracionar a sus votantes blancos, y por ello han decidido apoyar un proyecto mas radical presentado en diciembre pasado, en el cual se evita cualquier tipo de anmistías, se criminaliza la indocumentación, y se castigaba a quienes provean ayuda a los inmigrantes en Estados unidos. (El congreso aprobó este lunes (27) una enmienda que deja sin efecto la criminalización de aquellas personas que ayuden a los indocumentados.)

En medio del debate, otro poyecto pretende calmar la situación, éste es el presentado por el senador demócrata Eduard kennedy y el republicano John McCain. Dicho proyecto admite una anmistía a los inmigrantes con situación irregular, incluso mejora la propuesta por Bush, con ella se permite tener como candidatos elegibles para residencia permanente a quienes hayan trabajado 6 años, siempre que éstos pagen una multa, cancelen sus impuestos, y dominen el idioma inglés. Esta propuesta fue aceptada el martes (28) de marzo.

Varios empleadores del sector informático, entre los cuales se encuentra Microsoft, también han rechazado las políticas que pretenden endurecer la inmigración en los Estados Unidos, ya que ellas desconocen las necesidades de éstas empresas para contratar personal calificado, pues intenta recortar el cupo de 65.000 visas (H-1B) por año, el cual es hoy insufiente para cubrir la demanda registrada por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, que suma ya, 628.595 solicitudes aprobadas. A las preocupaciones de las empresas de alta tecnología, se suma también la de quienes contratan personal temporalmente, en ellas aplican restaurantes, hoteles y ligas de deporte, quienes ante una demanda registrada de 106,471 sólo pueden acceder a un cupo de 66,000 visas (H-2B) por año, y ni que decir de los sectores que contratan recolectores de cosechas y enfermeras, ellos ni siquiera pueden acceder a un cupo hoy en día.

Cualquiera sea el resultado de este pulso, lo queda demostrado con el asunto, es la urgencia de los empleadores por mano de obra barata frente la amenaza de cambio en es estilo de vida norteamericana, en especial, en lo relacionado con el mundo laboral blanco. Lo que puede esperarse, si se concreta una ley en favor de endurecer la inmigración el los Estados Unidos, es la amenaza de un "mercado negro" de trabajdores, tal y como es advertido en varias organizaciones que se declaran en contra de la ley HR4437(Ley Sensenbrenner). México por lo pronto hace lobby en varios medios informativos para impedir que se desmejore la situación de sus nacionales en Estados Unidos.

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Fuentes