El ex jefe de prensa de Bush señala directamente al presidente por el 'caso Plame'

Un ex Secretario de Prensa de la Casa Blanca, Scott McClellan, ha acusado deliberadamente a los principales asesores de George W. Bush y al propio presidente estadounidense de haberle proporcionado información falsa durante el caso de la ex espía de la CIA Valerie Plame, cuya identidad fue revelada a la prensa por el entorno presidencial.

Scott McClellan en la Casa Blanca el 15 de julio, 2003

21 de noviembre de 2007

Según un breve anticipo difundido en la página web de la editorial de su libro "What happened: Inside the Bush White House and What's Wrong with Washington" ("Qué ocurrió: Dentro de la Casa Blanca de Bush y qué va mal en Washington"), el ex portavoz presidencial reconoce que él mismo había "facilitado información falsa sin saberlo" a la prensa.

En la reseña, McClellan enuncia que el presidente "llamó para hablar por él y restablecer la credibilidad que había perdido por el fracaso en la búsqueda de las armas de destrucción masiva en Iraq".

Y añade: "Estuve durante la mayor parte de dos semanas en el podio de la sala de prensa de la Casa Blanca frente a los focos exculpando públicamente a los dos principales asesores de la Casa Blanca: Karl Rove y Scooter Libby". "Había un problema. No era verdad", explica ahora McClellan.

McClellan junto al Presidente Bush

El breve anticipo del libro, cuya publicación está anunciada para abril, añade que "Cinco de los más altos funcionarios en la administración estaban implicados para que así lo hiciera: (Karl) Rove, (Lewis "Scooter") Libby, el vicepresidente (Dick Cheney), el jefe de gabinete del presidente (Andrew H. Card) y el propio presidente".

La ex agente confirma que el caso comenzó como una represalia contra su marido, Joseph Wilson, un diplomático y ex embajador, quien había denunciado que la Casa Blanca manipulaba la opinión pública.

Wilson, que había viajado a Níger para investigar la supuesta venta de uranio a Iraq, negó que tal hecho se hubiese producido, pese a que la Administración Bush lo afirmase en vísperas de la invasión del país árabe.

El siguiente paso de la Casa Blanca, en el que ahora McClellan implica a todo el entorno del presidente, fue filtrar a la prensa la identidad de Plame, un hecho perseguible judicialmente por ser agente de la CIA. Libby, jefe de gabinete de Cheney, fue condenado a 30 meses de cárcel por obstruir la investigación judicial del caso, aunque luego fue indultado por el presidente norteamericano.

Comentar

Fuentes