España estará en la cumbre de Washington

París, Francia
7 de noviembre de 2008

Tras varias semanas de tira y afloja, finalmente España asistirá a la cumbre del G-20 en Estados Unidos el próximo 15 de noviembre.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, había apostado desde la convocatoria por un lugar para la "octava potencia económica del mundo". Las malas relaciones entre el gobierno español y el presidente estadounidense, George W. Bush, desde que en 2004 la primera orden de Zapatero tras ganar las elecciones generales fuera la retirada de tropas de Iraq, hacía pensar que la actitud hostil de la administración norteamericana se extendería a este encuentro.

La solución ha venido de manos de la Unión Europea y, más concretamente de Francia y el Reino Unido. Nicolas Sarkozy, que preside la UE este semestre, tiene dos asientos en la cumbre (el de la UE y el de miembro del G-7) y cederá uno, con voz y voto, para España.

Gordon Browm, primer ministro británico, fue el primero que señaló a Washington la conveniencia de que España, cuyo sistema financiero no ha sufrido las turbulencias de la crisis, estuviera presente en la cumbre. El diario The Economist, en su editorial de hoy, hizo hincapié en el absurdo de no invitar a España a la cumbre por desavenencias de hace cuatro años con Bush.

El comunicado del Palacio del Elíseo señala que "se ha decidido que las cinco sillas [de la Unión Europea] sean ocupadas por Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña y España". Horas antes, Sarkozy ya había señalado que sería "difícil" de explicar que "la octava economía del mundo", no se pudiera "sentar con las veinte economías más importantes". La Casa Blanca, por su parte, señaló que no tenía "un problema con España en general" y que aceptaría lo que decidiera la UE.

España no forma parte del G-7 dado que está "en puertas" del mismo, al ser la octava economía, ni tampoco del G-20 al rechazar el anterior presidente español, José María Aznar, este foro por considerarlo de "menor nivel", lo que a la larga ha supuesto el aislamiento de España de los más importantes foros.

Tras el acuerdo, se ha sabido que el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha llamado al Presidente español y ambos han conversado sobre la trascendencia de una respuesta común a la crisis económica, aunque Obama no estará presente en la cumbre según indica la Casa Blanca.

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