Diferencia entre revisiones de «La selección Colombia queda fuera del mundial de 2006 en medio de su lucha por ir al repechaje»

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En {{W|Asunción}}, las selecciones nacionales de {{W|Colombia}} y {{W|Paraguay}} se enfrentaron en un partido donde el conjunto cafetero ya tenía pendiendo de un hilo su paso al repechaje para obtener la clasificación al [[w:Copa Mundial de Fútbol de 2006|Mundial de Fútbol de 2006]] en {{W|Alemania}}.
 
Desde que se enfrentaron con la selección de {{W|Chile}} el sábado pasado en {{W|Barranquilla}}, los colombianos ya sabía lo que les esperaba si no lograban la clasificación a la repechaje. Tenían un poco más del 27% de probabilidades, frente al 54% de ParaguayUruguay y al 20% de los chilenos. Con el empate ante Chile, Colombia entró en la fase irreversible de su eliminación. La suerte estaba echada hasta los primeros seis minutos del partido en Asunción.
 
Con el primer gol del colombiano Luis Gabriel Rey, y sin goles ni en {{W|Montevideo}} (donde {{W|Argentina}} empataba difícilmente con {{W|Uruguay}}) ni en {{W|Santiago de Chile}} (ciudad en que los australes mantenían la paridad con {{W|Ecuador}}), Colombia pudo saborear el paso provisional al repechaje con {{W|Australia}}, sin saber lo que le esperaría a comienzos del segundo tiempo, cuando Álvaro Recoba ponía a celebrar a todo un país al anotar el gol de la victoria.
Línea 12:
 
Finalmente, viene el golpe de gracia de parte de Uruguay, aparentemente decidido a repetir el presunto arreglo de hace cuatro años y en circunstancias similares. Poco hizo Argentina por ayudarles a los colombianos y ya cualquier intento por revertir la situación fue inútil. El resto ya era resignación y con ello los jugadores de la actual selección temen que su permanencia llegaría a su final.
 
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SoloSólo el portero cafetero, Miguel Calero, se lució como el héroe trágico de un drama shakespereano o de una saga vikinga. Mantuvo seguro el arco colombiano a pesar del acoso del elenco guaraní cuando este intentaba aprovechar posibles descuidos. El suplente, Farid Mondragón, con el teléfono celular en mano y en contacto con Montevideo, lloraba con resignación lo que ya estaba viendo con sus ojos. En tanto en la capital charrúa, los aficionados uruguayos festejaban felices a expensas de los colombianos que se mantuvieron aferrados a un sueño ajeno a su propia realidad.
 
Solo el portero cafetero, Miguel Calero, se lució como el héroe trágico de un drama shakespereano o de una saga vikinga. Mantuvo seguro el arco colombiano a pesar del acoso del elenco guaraní cuando este intentaba aprovechar posibles descuidos. El suplente, Farid Mondragón, con el teléfono celular en mano y en contacto con Montevideo, lloraba con resignación lo que ya estaba viendo con sus ojos. En tanto en la capital charrúa, los aficionados uruguayos festejaban felices a expensas de los colombianos que se mantuvieron aferrados a un sueño ajeno a su propia realidad.
 
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