Piden a OCDE en París revisar lista negra de paraísos fiscales

En una reunión en París de los 17 países miembros que integran la OCDE, bajo iniciativa de Francia y Alemania, el ministro alemán de finanzas, Peer Steinbrück, ha propuesto incluir a Suiza en la "lista negra" de paraísos fiscales. Al mismo tiempo, el presidente francés Nicolas Sarkozy atacó a Luxemburgo proponiendo que haga una reforma de su sistema financiero.

Cajas de seguridad en el interior de la bóveda de un banco suizo.

París, Francia
22 de octubre de 2008

En el marco de la crisis financiera que ataca las economías occidentales, los 17 participantes demandaron a la OCDE revistar la lista negra de paraísos fiscales que no cooperaron, que incluye solamente a Andorra, Mónaco y Liechtenstein. Esta lista había sido reducida luego de que diferentes países se comprometieran a aumentar la transparencia.

Además de Suiza, Francia propuso agregar también a las Islas Caimán, Islas Mauricio, Gibraltar, Malta, Chipre, Singapur, Hong Kong, Dubái y Brunéi.

En una conferencia de prensa sostenida al fin de la reunión, los ministros de finanzas alemán y francés declaraon que "el secreto bancario ha llegado a su límite", reprochando a Suiza de no cooperar suficientemente en materia de evasión fiscal. Como única reacción, el portavoz de la Administración Federal de Contribuciones en Suiza respondió que "Suiza solamente reconoce la OCDE como instancia de discusión de las cuestiones de fiscalidad internacionales",

El principal punto de controversia reside en la política suiza de disminuir solamente su secreto bancario solamente en los casos en que el impuesto extranjero ofrezca pruebas de fraude fiscal; sin embargo, estas pruebas se encuentran justamente, según los países interesados, en los bancos suizos.

Por su parte, Luxemburgo hizo saber en palabras de su Primer Ministro Jean-Claude Juncker que estaba "listo para discutir el secreto bancario", rechazando enérgicamente ser incluido en la lista de paraísos fiscales.

Tanto Suiza como Luxemburgo, junto con Austria, Liechtenstein y Estados Unidos, habían declinado la invitación de asistir a la conferencia, algo que un ministro francés juzgó de "significativo".

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