Fernando Lugo reconoce haber tenido un hijo cuando aún era obispo

13 de abril de 2009

Tras varios días de silencio a causa de la semana santa, el presidente paraguayo, Fernando Lugo, reconoció esta mañana en rueda de prensa ser el padre de un niño de ya casi dos años, resultado de una relación con una mujer de 26 años llamada Viviana Carrillo.

Fernando Lugo reconoció la paternidad en una rueda de prensa esta mañana

Carrillo había demandado al presidente Lugo para que reconozca la paternidad de su hijo y además obligarlo judicialmente para que se realice un examen de ADN, con el fin de confirmar la denuncia, lo cual no fue necesario.

En una sorprendente y hasta heroica confesión el mandatario dijo estar dispuesto a asumir todas las responsabilidades. "Es cierto que hubo una relación con Viviana Carrillo, asumo todas las responsabilidades que pudieron derivar de tal hecho, reconociendo la paternidad del niño" dijo el presidente en rueda de prensa.

Lo peor del insólito caso es que Lugo tuvo relaciones con Viviana Carrillo cuando aún era Obispo de la Iglesia católica en el Departamento de San Pedro, y que mantenían una relación sentimental cuando Carrillo tenía tan sólo 16 años lo que desató una inmensa polémica en todo el país.

Críticas tras la confesión

Muchos políticos de la Alianza Patriótica para el Cambio (alianza de varios partidos políticos que respalda al presidente), dijeron que el reconocimiento de paternidad de por parte de Lugo fue un gran acto de valentía y coraje.

Mientras que los políticos de la oposición criticaron duramente al presidente por lo ocurrido, también dijeron que con este hecho el presidente y el gobierno perderían credibilidad por parte de la ciudadanía.

Representantes de la Iglesia Católica dijeron estar preocupados por el hecho, pues Lugo tuvo un romance cuando aún era obispo. Además afirmaron que este hecho podría ocasionar una pérdida de credibilidad y confianza hacia los sacerdotes y obispos.

El próximo 20 de abril se cumple 1 año de la histórica victoria de Fernando Lugo, que puso fin a más de 60 años de hegemonía política del Partido Colorado, iniciando así una nueva era política en el Paraguay.

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