Gobierno chino lanza advertencias tras las protestas en Tibet que dejaron al menos 13 muertos

Pekín, China
17 de marzo de 2008

El presidente de la Región autónoma del Tibet, Qiangba Puncog, afirmó en su informe oficial que 13 "civiles inocentes" murieron y otros 61 resultaron heridos tras las protestas registradas en Lhasa contra la ocupación china, al tiempo que hizo un llamado a los "agitadores tibetanos" responsables para que se entreguen voluntariamente. En rueda de prensa aseguró que las fuerzas del orden "no llevaban ni usaron armas de fuego", contradiciendo las versiones de varios testigos.

El primer ministro tibetano, Samdhong Rinpoche, quien se encuentra exiliado en Dharamsala (norte de India), insistió en que el número de muertos tras los enfrentamientos podría ser superior a 100. El Dalái Lama afirmó además que las autoridades chinas "se apoyan únicamente en la fuerza para lograr un simulacro de paz, una paz conseguida por la fuerza usando para ello un régimen de terror", solicitando a la comunidad internacional una investigación de los hechos.

Las autoridades prohibieron el ingreso de extranjeros y periodistas a la zona, aunque testigos afirman que la situación es tensa, lo cual compromete la seguridad de cara a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín, pues se tiene contemplado el paso de la llama olímpica por el Tibet.

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