Inicia el proceso de beatificación de Juan Pablo II

El cardenal italiano Giuseppe D'Alonzo será el responsable de verificar las pruebas y los testimonios que se presenten al Vaticano para decidir la beatificación del papa Juan Pablo II, fallecido el pasado 2 de abril.

Juan Pablo II en una visita a Brasil en 1997
Juan Pablo II en una visita a Brasil en 1997

Ciudad del Vaticano
28 de junio de 2005

Aunque normalmente el proceso no se inicia hasta pasados cinco años del deceso, la presión popular ha hecho que el actual pontífice, Benedicto XVI, haya roto el protocolo y dé vía libre al proceso.

D'Alonzo, promotor de justicia en la diócesis de Roma, declaró no estar ni a favor ni en contra de la elección del papa polaco como santo. "No es mi tarea decidir. Debo verificar la verdad", dijo, aunque admitió, al preguntársele sobre lo que pensaba de los méritos del fallecido jerarca de la Iglesia Católica, que "es la opinión que tiene la gente del común, la gente sencilla que vimos en la Plaza de San Pedro cuando se realizó el funeral".

Durante los multitudinarios funerales de Juan Pablo II, el pasado 8 de abril, muchos peregrinos gritaron "Santo" y "Santo subito!" (¡santo ya!), reclamando su santificación.

D'Alonzo y otros funcionarios adscritos al proceso han jurado este martes mantener el proceso en secreto y no aceptar "regalo alguno".

La ceremonia inaugural se realizará en la basílica de San Juan de Letrán de Roma, y está programada para las 19:00 (17:00 UTC) del martes, en la cual se leerá la lista de las personas que serán interrogadas sobre la vida y las virtudes de Juan Pablo II, así como las fechas de las siguientes audiencias.

Entre los documentos personales de Karol Wojtyła que serán leídos en la parte final del proceso, y que comprenden cerca de 100 mil páginas, se encuentran los papeles personales que su secretario y amigo personal, monseñor Stanislao Dziwisz, se negó a destruir, precisamente pensando en el proceso que ahora se inicia.

Por lo menos cien cartas con testimonios acerca de las gracias y favores recibidos de Juan Pablo II llegan diariamente al Vicariato de Roma, la mayor parte de América Latina.

Fuentes