Jordi Solé Tura, padre de la Constitución Española, fallece a los 79 años

5 de diciembre de 2009

Conocido principalmente por ser uno de los padres de la Constitución que entró en vigor en España en 1978, Solé Tura falleció el 4 de diciembre de 2009, a los 79 años de edad, por causas no declaradas, aunque era conocido que padecía la enfermedad de Alzhéimer desde 2004. Tras la muerte del representante de Unión de Centro Democrático Gabriel Cisneros en 2007, Solé Tura es el segundo padre constitucional que fallece. Aunque tuvo que empezar su educación a edad tardía, encadenó de forma consecutiva el bachiller y la carrera de Derecho. Y ya en democracia llegó a ser catedrático de Derecho Constitucional y decano de la Facultad de Derecho de Barcelona. Durante toda su vida alternó su labor docente con la política.

Solé Tura nació en la localidad barcelonesa de Mollet del Vallès el 23 de mayo de 1930, en el seno de una familia de panaderos, labor a la que se dedicó tras tener que abandonar lo estudios para ayudar en casa.

En 1956 ingresó en el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) tras escuchar al histórico dirigente Miguel Núñez, y cuatro años más tarde, cuando ya ejercía de profesor de Derecho Político, tuvo que abandonar el país. Como militante comunista, sufrió el exilio, en Francia y en Rumanía, desde donde dirigió Radio España Independiente, la emisora del Partido Comunista de España (PCE). También sufrió la expulsión de la universidad, cuando volvió a España en 1964, tras solidarizarse con un grupo de estudiantes en un encierro y la cárcel, en 1969.

Su heterodoxia comunista le llevó a alejarse de la línea oficial dictada por la URSS y fundar Bandera Roja (BR) junto a Alfonso Carlos Comín y Jordi Borja. En 1974, BR volvió al seno del PSUC, partido con el que consiguió un escaño en el Parlamento en las primeras elecciones democráticas de 1977, donde tuvo que defender, en repetidas ocasiones, la Constitución ante sus compañeros de partido.

"Por una parte, contribuyó decisivamente a la formación del consenso constituyente, defendiendo frente a los demás ponentes las ideas sobre democracia, igualdad social y autonomía que derivaban de los programas del PCE y del PSUC. Por otra parte, tuvo que explicar y convencer (a veces empleándose a fondo) a los dirigentes y a los militantes del partido que la apuesta por la Constitución era la mejor opción para los sectores populares que representaban."
Eliseo Aja

Al inició de esta legislatura participó en la ponencia de elaboración de la Constitución postfranquista como representante del PSUC, federación catalana del PCE.

En las siguientes elecciones, las de 1979, repitió escaño, y en las celebradas en 1982, tras pasar su partido del 18,31 al 4,61% de votos, comenzó el distanciamiento con los líderes comunistas.

Tras abandonar el Partido Comunista, entró como independiente en el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) en 1988, siendo escogido por Felipe González para la cartera de Cultura (1991-1993). Tiempo después ocupó un escaño en el Senado.

En 2004 decidió retirarse de la vida pública y política tras ser diagnosticado de alzhéimer, cuestión hecha pública cuando su hijo, Albert Solé, reflejó su vida en un documental al que llamó Bucarest. La memoria perdida, galardonado con un premio Goya.

Tras cinco años padeciendo dicha enfermedad degenerativa, Solé murió en su domicilio de Barcelona, rodeado de su familia, entre quienes se cuenta la consejera de la Generalitat Montserrat Tura, sobrina del finado. Al día siguiente se instaló la capilla ardiente en Salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat, antes de ser trasladado para su entierro.

Tan sólo dos días después se cumplía el 31º aniversario de la aprobación de la Ley Fundamental y, como es habitual, se conmemoraba con la lectura completa en el Congreso de los Diputados, lectura que se interrumpió, a petición de José Bono, presidente de la Cámara Baja, para guardar un minuto de silencio. La Generalitat de Catalunya acordó concederle, de forma póstuma, la Medalla de Oro de la entidad.

"Va a vivir en el corazón de los demócratas."
José Bono
"No era sólo uno de los nuestros. Era de todo el mundo. Su figura no es patrimonio de nadie, es de todos los demócratas y catalanistas. Esa es su grandeza."
José Montilla
"Su hombría de bien, su sencillez, su tolerancia, su respeto a todas las posiciones le hicieron siempre acreedor a la consideración de todos."
Gregorio Peces-Barba Martínez
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Fuentes