Lula se considera traicionado y pide disculpas al pueblo brasileño

Brasil
12 de agosto de 2005

El Presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva se dirigió a la nación al inicio de la tarde de este viernes. El discurso precede la 11a. reunión ministerial de su mandato, de la cual hará parte.

Después de enaltecer los logros de su administración, el presidente comenzó a hablar sobre la grave crisis política que surgió con las denuncias de corrupción, y que amenazan su gobierno.

Él dijo estar "consciente de la gravedad de la crisis política" que "compromete todo el sistema partidario brasileño".

El Presidente recordó su participación en la creación del Partido de los Trabajadores (PT) en 1980, que ocurrió con el objetivo de aumentar la moralidad y "hacer cada vez más limpia la disputa electoral". Lula dijo que ha sido siempre fiel, hasta el presente, a esos ideales de moralidad y que se siente traicionado:

"Ayudé a crear ese partido [Partido de los Trabajadores] y, vosotros saben, perdí tres elecciones presidenciales y gané la cuarta, manteniéndome siempre fiel a esos ideales, tan fiel cuanto soy hoy. Quiero decir a vosotros, con toda franqueza, yo me siento traicionado. Traicionado por prácticas inaceptables de las cuales nunca tuve conocimiento. Estoy indignado por las revelaciones que aparecen cada día y que impactan el país. El PT fue creado justamente para fortalecer la ética en la política y luchar al lado del pueblo pobre y de las capas medias de nuestro país. Yo no cambié y, estoy seguro, la misma indignación que siento es compartida por la gran mayoría de todos aquellos que nos acompañaron en esa trayectoria".

El Presidente dijo que si estuviera a su alcance "ya habría identificado y castigado ejemplarmente a los responsables de esta situación". Resaltó el trabajo de la Policía Federal en su gobierno y dijo que el Congreso Nacional y la Judicatura están cumpliendo cada uno su parte.

Lula dijo que su gobierno va a trabajar para que todos los culpables sean responsabilizados y entregados a la Justicia y señaló que colaboró con las investigaciones al alejar inmediatamente a todos los involucrados. Defendió una reforma política para evitar que haya problemas semejantes en el futuro.

Convocó a los ministros, a los políticos de la oposición, trabajadores, empresarios y a toda la sociedad para "estirar las mangas" y "redoblar esfuerzos" para evitar que la crisis política alcance la economía brasileña. Les pidió a sus ministros que trabajen más: "Si actualmente vosotros, Ministros y Ministras, trabajan hasta las 11 de la noche, trabajen un poco más, hasta media noche, una hora de la mañana, porque nosotros sabemos que ya hicimos bastante, pero mucho más tenemos que hacer porque Brasil necesita de nosotros".

En la parte final de su discurso, el presidente se disculpó: "(...) yo no tengo ninguna vergüenza de decir al pueblo brasileño que nosotros tenemos que pedir disculpas. El PT tiene que pedir disculpas. El gobierno, donde erró, tiene que pedir disculpas..."

Lula pidió a los brasileños que no perdieran la esperanza y afirmo que está tanto o más indignado que ellos y finalizó el discurso diciendo que está seguro de que puede contar con el apoyo del pueblo.



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