Mandatario yemení cederá el poder pero no ante sus opositores

Saná, Yemen
10 de octubre de 2011

El presidente yemení, Ali Abdullah Saleh, anunció en una reunión de parlamentarios este fin de semana que está dispuesto a retirarse del poder pero sin dárselo a los opositores religiosos, pese a las revueltas populares que lo pusieron en su contra en enero pasado.

Saleh, quién retornó de Arabia Saudita para tratarse de las heridas que le dejaron en su mano, producto de un atentado en el mes de junio, instó a la oposición a que la única forma de llegar al poder es a través de elecciones democráticas, tal como lo reclaman los manifestantes; y pese a que tuvo a que aguantar fuertes presiones internacionales que pedían su renuncia, seguirá adelante con el plan recomendado por el Consejo de Cooperación del Golfo:

Rechazo el poder y continuaré rechazándolo, y dejaré el cargo en los próximos días. Sin embargo, hay hombres que tomarán el poder. Son hombres que son veraces a sus promesas, ya sean militares o civiles, de que ellos asumirán el poder pero nunca podrán destruir al país. Más aun, el proyecto de la oposición es un proyecto saboteador.

Sin embargo, para los opositores de Saleh, las palabras del mandatario son consideradas como “pretexto para la intervención del país y la internacionalización de la crisis”, e instaron nuevamente a la renuncia, no solo de él sino de sus familiares, que están comandando las fuerzas armadas de la nación árabe, responsables de la actual represión política.

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