Segundo fracaso de regreso de Manuel Zelaya a Honduras

Tegucigalpa, Honduras
27 de julio de 2009

El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, logró entrar a su país el viernes pasado, desde Nicaragua, por breve tiempo en medio una severa tensión entre militares del actual gobierno, con los apoyantes del depuesto presidente hondureño.

Zelaya había entrado a su país por el puesto fronterizo de Las Manos, a unos 100 kilómetros al sureste de Tegucigalpa, tras permanecer en el exilio desde el golpe de Estado del pasado 28 de junio. Acompañado por una columna de periodistas, Zelaya apenas avanzó unos pasos, sin que las fuerzas militares hondureñas apostadas en el límite entre ambos países le detuvieran.

Zelaya ingresó a su país y fue aclamado por un grupo de personas que se reunió en el lugar pese al toque de queda decretado a partir del mediodía (hora local) por el gobierno interino de Roberto Micheletti. En suelo hondureño, una caravana de seguidores del mandatario depuesto, encabezada por su esposa, Xiomara Castro, intentaba llegar a la frontera.

En Estados Unidos, en tanto, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, calificó el regreso de Zelaya de "temerario".

"Esto no contribuye al amplio esfuerzo que se ha hecho para restaurar el orden democrático y constitucional dentro de la crisis que vive Honduras", agregó Clinton.

Interrogado por la enviada especial de BBC Mundo sobre las palabras de la secretaria de Estado, Zelaya dijo que Washington tendría que apoyarlo y no criticarlo y se preguntó: "¿Qué harían en EE.UU. si sacaran del país a Barack Obama amarrado?"

Las Fuerzas Armadas hondureñas han advertido que no garantizarían la seguridad del depuesto presidente en caso de que éste cruzara la frontera. Por otra parte, en la ciudad hondureña de San Pedro Sula, se concentraron los partidarios del presidente interino para rechazar la vuelta de Zelaya.

Zelaya comentó lo siguiente a una periodista: