Tras la remoción de la 'lista negra' de EEUU, Norcorea comienza desmantelamiento de su reactor nuclear

El régimen de Pyongryang declaró este domingo que reanudaría el desmantelamiento de su programa nuclear y que también permitiría el acceso de representantes de la ONU luego de que Estados Unidos oficializara la remoción de Corea del Norte de su lista de países que apoyan el terrorismo.

La central nuclear de Yongbyon.

Seúl, Corea del Sur
12 de octubre de 2008

El sábado, el Departamento de Estado de los Estados Unidos había anunciado la remoción de Corea del Norte de su lista de países que apoyan el terrorismo, declarando que se había llegado a un acuerdo para proveer acceso completo al controversial programa.

"Como Estados Unidos cumplió con su compromiso de dar una compensación política y un procedimiento justo de verificación [...] la DPRK (Corea del Norte) decidió reanudar el desmantelamiento de las instalaciones nucleares de Yongbyon y permitir que los inspectores de Estados Unidos y la AIEA cumplan con su labor", declaró un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano a la agencia de noticias KCNA.

Corea del Norte había comenzado el desmantelamiento de su programa nuclear en agosto de este año como resultado de un acuerdo entre varias naciones, pero tras no ser removida de la lista de Washington de países que apoyan el terrorismo, había rehabilitado su instalación nuclear de Yongbyon.

La semana pasada, el gobierno de Kim Jong-il había impedido el acceso de observadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), organismo de la ONU, a las centrales nucleares del país.

La remoción por parte de Washington de su lista negra fue aplaudida por el gobierno de Corea del Sur. "Este gobierno agradece estas medidas como una oportunidad que traerá normalización a las negociaciones a seis partes y el abandonamiento eventual de Corea del Norte de sus programas nucleares", comunicó el enviado nuclear en jefe de Surcorea.

Pero Japón declaró que la decisión no era conveniente, insistiendo en ejercer presiones para obtener información sobre japoneses secuestrados en Norcorea durante los años 1970 y 1980. "Es muy lamentable, y creo que los secuestros son equivalentes a actos de terrorismo", declaró Shoichi Nakagawa, el Ministro de Finanzas nipón. "No creo que Estados Unidos haya tomado esta decisión tras una estrecha consulta con su aliado Japón".

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