Un muerto y 150 heridos en la huelga general por la democracia en Nepal

8 de abril de 2006

Un manifestante muerto y más de 150 heridos por los antidisturbios es el balance provisional en la tercera jornada de la huelga general de cuatro días, iniciada el jueves 6 en Nepal contra la autocracia real. Más de setecientas personas, estudiantes, sindicalistas y políticos, han sido detenidas con 150 de ellas encarceladas. La respuesta del rey Gyanendra a las manifestaciones ha sido la declaración del estado de excepción en el Valle de Katmandú, con orden de disparar contra los infractores.

El manifestante muerto por herida de bala cayó en Pokhara, localidad alejada de la capital, Katmandú, y en principio no afectada por el toque de queda. En la capital, universidades, escuelas y mercados, se mantienen cerrados y las calles están desiertas. Los ferrocarriles Janakpur, el único medio de transporte de pasajeros del país, se encuentra interrumpido después que los insurgentes nepaleses incendiaron y destruyeron un puente cercano a la estación de Parwaha, según portavoces del Ministerio del Interior.

El paro nacional está convocado por las siete principales organizaciones políticas agrupadas en la oposición. Nepal vive una fuerte crisis política desde que el 1 de febrero de 2005 el rey Gyanendra acaparó el poder absoluto y destituyó al Gobierno democrático. Desde entonces, el monarca gobierna con mano dura, pese a las exigencias internas y de la comunidad internacional para que retorne la democracia a este país.

Gyanendra llegó al poder después de la masacre de la familia real al completo, en el 2001, en un oscuro episodio que dio pie a todo tipo de especulaciones, e impuso en febrero de 2005 un régimen personal.

No es la primera vez que Nepal registra una huelga general. Lo nuevo es la colaboración entre los siete partidos democráticos y pacíficos de la oposición a Gyanendra, con la guerrilla maoísta, presente en todo el país y que controla varias de sus regiones. El lunes, la guerrilla anunció un alto el fuego indefinido en el Valle de Katmandú para no entorpecer la huelga.

Esa colaboración es resultado del consenso de doce puntos contra la autocracia, suscrito el año pasado por la oposición y los maoístas, que han rebajado sus exigencias y ya sólo piden la formación de una asamblea constituyente que determine el futuro del país.

Fuera del Valle de Katmandú, la protesta cívica se hizo dueña del distrito de Chitwan durante varias horas, incendiando edificios oficiales y poniendo en fuga a la policía. Butwal y Taulihawa, otras dos ciudades al suroeste de la capital, sufrieron grandes ataques de la guerrilla, que implicaron a centenares de combatientes. Los informes de la segunda ciudad mencionan sedes oficiales destruidas y la cárcel local asaltada, con los presos liberados.

La actividad armada lleva contabilizados 13.000 muertos desde su inicio, en 1996, y su principal víctima son los pobres rurales, cuyas tasas de malnutrición afectan al 60% de la población en 23 de los 75 distritos del país. Como consecuencia de la violencia, las pocas infraestructuras de salud, educación y comunicaciones que había en el campo se han desmoronado, provocando el éxodo de los más pudientes y cualificados hacia el superpoblado Valle de Katmandú. En diciembre, Gyanendra organizó unas elecciones locales para auto legitimarse que fueron un fracaso: tuvieron muy baja participación y solo alcanzaron para votar al 15% de los cargos en liza.


Fuentes