Un sacerdote ortodoxo podría ir a prisión por exorcismo que le causó la muerte a una monja

Un sacerdote y cuatro monjas serían procesados por la muerte de una monja cuya esquizofrenia fue confundida con posesión diabólica y habría sido crucificada al tratar de exorcisarla.

Iglesia de Rumania

Rumania
22 de junio de 2005

La novicia Maricica Irina Cornici, del convento cristiano ortodoxo de la Santísima Trinidad en Tanacu, al nordeste de Rumania, murió el pasado 15 de junio luego de estar tres días atada y encadenada de manos y piernas, sin recibir agua ni comida, en una celda de la iglesia.

La monja, de 23 años de edad, fue encontrada con una toalla en la boca mientras el sacerdote rezaba para sacar a los malos espíritus.

Una autopsia preliminar reveló que la religiosa falleció de deshidratación, insuficiencia aguda cardio-respiratoria, asfixia mecánica y otros traumas que podrían estar asociados a una esquizofrenia. Los fiscales esperan los resultados de una segunda autopsia, pues sospechan de la responsabilidad de los religiosos.

El sacerdote Daniel Petru Corogeanu y cuatro monjas podrían enfrentar una condena de hasta 20 años en prisión.

Corogeanu declaró a la prensa local que simplemente trataba de "sacarle los demonios". Al preguntársele si la monja debía ser atendida por personal médico en lugar se ser exorcisada, respondió que "los diablos no pueden ser curados con píldoras" y que la comunidad entera concordaba en que "se trataba del diablo y no de una afección psíquica".

El vicario de Husi, Corneliu Barladeanu, fue recibido con agresividad por las monjas, quienes lo golpearon y estuvieron cerca de romperle los hábitos cuando llegó al convento con la orden de suspender a Corogeanu y prohibirle celebrar misa hasta que concluyan las investigaciones. Por su parte, el portavoz del Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Rumana, Costel Stoica, dijo que se trataba de "un acto abominable y una práctica bárbara", sin "precedentes en la historia de la vida monástica oriental". Incluso la policía tuvo que intervenir para proteger al jerarca eclesiástico.

Cornici creció en un orfanato y habría llegado al convento hacía tres meses.

Fuentes