Una revista afirma que la policía local estuvo involucrada en masacre cometida por ejército colombiano

20 de junio de 2006

La revista Cambio revela en su más reciente edición que la policía de la localidad de Jamundí, en el departamento occidental del Valle del Cauca, al parecer estuvo involucrada en la masacre en la que perecieron 10 policías de un cuerpo élite antinarcóticos y un civil, y que fue cometida por miembros del Batallón de Alta Montaña del Ejército colombiano el 22 de mayo pasado. Por estos hechos, la Fiscalía General ordenó varias detenciones contra militares, con la hipótesis de que "se trataba de un mandado al narcotráfico".

La publicación presenta una serie de grabaciones que, según la revista, se encuentran en poder de la Procuraduría y en las que agentes de policía de Jamundí hablan de un "patrón" (posiblemente refiriéndose al narcotraficante Diego Montoya, alias Don Diego) al que iban a "secuestrar" los miembros de la misión de la Dirección Nacional de Policía Judicial (DIJIN) posteriormente asesinados. Montoya había negado hace una semanas su participación en los hechos, en una carta dirigida al presidente Álvaro Uribe Vélez.

Asimismo, se menciona un comunicación de un comandante metropolitano o departamental, en la que además de interrumpir las especulaciones de los policías locales, les llamaba al orden y les confirmaba la emboscada contra el cuerpo élite de la Dijín, lo que revela una grave falla en la cadena de mando (la comandancia del departamento del Valle ya sabía de los hechos, pero no por la policía de Jamundí). Luego, sucedió una "llamada misteriosa", supuestamente del cuerpo élite de la Dijín, en la que avisaba de la llegada de los refuerzos, pero el origen y propósito de la misma son poco claros.

En la finca La Cristalina, dice Cambio, donde funcionaba un hogar siquiátrico y frente a la cual ocurrió la masacre, se encontraron rastros de cocaína y de TNT en una de las habitaciones, lo que hace suponer a las autoridades que en realidad la hacienda era una fachada que le servía de escondite a don Diego. Finalmente, la publicación señala que el civil que murió era, además de informante de la Policía, colaborador del Ejército, lo que permite la hipótesis de que se haya prestado para tenderles una trampa a los policías, si bien acabaría muriendo con ellos.

Si lo afirmado por la publicación llegase a ser tenido en cuenta en la investigación, el rumbo de la misma podría tomar un giro importante, pues hasta ahora la Fiscalía señala al coronel del Ejército Byron Carvajal como principal responsable de la masacre. Carvajal y otros militares fueron capturados y retirados del servicio.

Por otro lado, la revista Semana informa acerca de otras pruebas en el caso, como mensajes de texto incriminatorios provenientes del celular del coronel Carvajal, nuevos testigos, un estudio de balística y contradicciones en los testimonios de los militares del Batallón de Alta Montaña.

Como consecuencia del escándalo desatado por este caso, se prepara una reforma a la Justicia Penal Militar que será presentada al Congreso cuando comience la próxima legislatura, el día 20 de julio.


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