Uruguay despenaliza el aborto

El Senado uruguayo, con mayoría frente a la oposición, aprobó este martes la ley de Salud Sexual y Reproductiva, que incluye en uno de sus artículos la despenalización del aborto. La ley ya se había aprobado en la Cámara de Diputados el pasado 5 de noviembre, a pesar de la prometida excomunión por parte de la Iglesia Católica y de un anunciado veto del Presidente Tabaré Vázquez.

Palacio Legislativo, sede del poder legislativo en Montevideo.

Montevideo, Uruguay
12 de noviembre de 2008

La ley sancionada por los representantes del Frente Amplio, la gobernante coalición de izquierda, habilita a las mujeres a interrumpir su embarazo durante las primeras 12 semanas de gestación y deja sin efecto una ley de 1938, que castigaba con prisión a toda persona involucrada en maniobras abortivas. La norma, aprobada por 17 votos en 30, recibió una fuerte crítica de los representantes opositores del Partido Nacional y Partido Colorado, con la excepción del senador y ex Presidente Julio María Sanguinetti, que, aunque anunció su voto a favor, se encontraba fuera del país el día de la votación.

Sin embargo, el Presidente Vázquez, oncólogo practicante, ya había anunciado desde su asunción en 2005, su postura contraria al aborto y su intención de vetar cualquier proyecto de estas características, posibilidad que le otorga la Constitución del país. En este caso, el Parlamento podría levantar el veto si obtuviese una mayoría especial, es decir, 3/5 de los votos de la Asamblea General formada por ambas cámaras, hecho que no parece factible.

La senadora socialista y cardióloga Mónica Xavier, principal promotora del proyecto, ha anunciado junto a otros legisladores oficialistas, su intención de convencer al Presidente de que no haga uso de su poder de veto. Además, el senador Alberto Couriel, también oficialista, ha hecho un llamado público al Presidente a que "dé a la sociedad uruguaya la oportunidad de decidir sobre la ley a través de un referéndum."

Xavier destacó además que la ley está a favor de la vida ya que evitará la muerte de cientos de mujeres en abortos practicados en condiciones de riesgo. Se estima que en Uruguay se realizan unos 33.000 abortos por año, aunque algunas ONGs consideran que las cifras reales podrían llegar a doblar esa cantidad. Según investigaciones de los propios promotores del la iniciativa, el costo de un aborto oscila entre 200 y 1.000 dólares en Uruguay, lo que hace que las mujeres más pobres, que no pueden costearlo, se encuentren en un riesgo extremo al recurrir a prácticas menos confiables.

De acuerdo a algunas encuestas divulgadas por la prensa local en los últimos días, un 57% de los uruguayos está a favor de la despenalización del aborto, con un 63% de la población en contra de que el Presidente vete la ley. Del 57% a favor, el 65% son jóvenes, el 67% de nivel socio-económico alto y 72% votantes del Frente Amplio.

Por su parte, la Conferencia Episcopal del Uruguay dijo en un comunicado que "en relación a los fieles católicos que promueven y/o votan una ley favorecedora del aborto, les recordamos que quien actúa así rompe el vínculo que lo une a Cristo en la Iglesia. Mientras no cambie su posición queda impedido de acercarse a la comunión eucarística," lo que equivale a la excomunión. Tanto los legisladores oficialistas como los opositores han recibido con críticas esta posición de la Iglesia Católica y la han calificado de "presión inadmisible", en un país que es considerado uno de los más laicos del continente.

En América Latina sólo Cuba y Puerto Rico han despenalizado el aborto, que también es legal en la Cuidad de México.

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«La Iglesia uruguaya podría excomulgar a quienes voten a favor del aborto»Wikinoticias, 3 de noviembre de 2008.

Fuentes