Usuario:Fatimadhoyosgrcia/Taller

Documentación en los MCS

Atajos:
WN:ZP
WN:ZPD

¡Bienvenido/a a la zona de pruebas! Esta página sirve para que realices todas las pruebas de edición que desees. Siéntete libre de probar aquí tus habilidades en la edición de páginas wiki. Para editar, cliquea aquí o en la pestaña «editar» en la parte superior de la página, haz cualquier cambio en la caja de texto y luego cliquea en el botón «Guardar la página» cuando hayas terminado. Dado que se trata de una zona de pruebas, las ediciones o comentarios puestos aquí no serán permanentes.

Tema editar

Crianza y maternidad

Noticias con citas y referencias editar

¿Formar una familia a cualquier precio? editar

Se dice pronto: 22 semanas de embarazo recién cumplidas. Sonia Ruano y Javier Cárdaba, una pareja de Barcelona, no se lo creen y andan tachando los días que faltan para que vengan al mundo Noa y Lucía, sus hijas. Pensaban que nunca lo lograrían. A Sonia, de 41 años, le diagnosticaron hace tres un cáncer de mama. Después de 16 sesiones de quimioterapia y de seis operaciones, cuando comenzaba a ver la luz al final del túnel, los médicos le dieron la noticia: tenía una mutación genética que la predisponía a sufrir otro cáncer. Decidió vivir a toda costa, pero pagando un precio muy alto: extirparse el útero y los ovarios para evitar que el cáncer encontrara allí cobijo. Pensaron en adoptar un crío, pero no eran "idóneos". "Al haber sufrido un cáncer no puedo adoptar, aunque ahora mi riesgo de sufrir otro sea más bajo que el de cualquier mujer", cuenta Sonia. Así que, para satisfacer sus ansias inconmensurables de ser padres, decidieron recurrir a la única vía que les permitía llevar a cabo su sueño: la gestación subrogada. Una práctica que los que se oponen a ella la llaman 'vientres de alquiler' y que consiste en implantar un óvulo fecundado in vitro (Vidal Orts, María José 2016) en una mujer que, a cambio de una compensación económica, se ofrece a gestarlo en su matriz. Una práctica prohibida en este país pero que cada año cientos de españoles (no hay cifras oficiales) llevan a cabo en el extranjero. Los que pueden permitirse pagar 100.000 euros, acuden a Estados Unidos, Gran Bretaña o Canadá, donde la gestación subrogada está regulada desde hace años. Pero los que no se dirigen a Nepal, a India, a Tailandia y a otros países donde los derechos de las mujeres con frecuencia son pisoteados y donde existen auténticas "granjas" en las que decenas de gestantes son explotadas económicamente como meras 'incubadoras' de los hijos de otros.


India dejará pronto de ser considerado el útero del mundo. La nueva ley sobre la maternidad subrogada (Lejeune, Jérôme 2017), legal desde 2002, pretende restringir la práctica, convertirla en un acto altruista, así como excluir a extranjeros y homosexuales, que no podrán convertirse en padres de hijos gestados por mujeres indias. Los denominados vientres de alquiler florecieron en India durante los últimos 15 años en un negocio que, según estimaciones de Naciones Unidas de 2012, mueve alrededor de 400 millones de dólares anuales. La clínica de infertilidad Wyzax está situada en una concurrida calle de dos sentidos en pleno corazón de Nueva Delhi. Tras cruzar una puerta con un cartel que dice en inglés centro de subrogación y fertilización in vitro, una musiquita como de ascensor difumina el silencio de la sala de espera. Las parejas, sentadas y rígidas, se cogen de la mano y esperan flemáticas a que se haga realidad el sueño que persiguen a cualquier precio: ser padres.


No cabe duda de que, cuando nos convertimos en padres por primera vez, el agotamiento y la ansiedad (Escallón Góngora, Carmen 2015) suben de nivel. "¿Qué tal ha ido el día?" pregunta un hombre a su pareja cuando llega a casa. "Bueno”", resopla ella mientras en pantalla comienzan a aparecer su resumen de la jornada: una niña que se despierta gritando "Mamá", peleas entre los hermanos con gritos de por medio, un bebé que coge todo lo que pilla en el supermercado mientras hace la compra, cambios de pañal, lloros, más gritos, y una tarta que termina estampada en el suelo. Después llega el turno de su hija mayor. "¿Qué tal el día?" Le pregunta su padre junto a la cama antes de irse a dormir. Y su respuesta será completamente distinta. Donde los adultos veían contratiempos, ella sólo apreciaba juegos, cariño y nuevas experiencias. "Ha sido genial", explica la niña bajo la mirada emocionada de la madre.

 
Maternidad (Oviedo) (2)


Normal Day (Un día normal) fue publicada el pasado 12 de mayo en el canal de YouTube de Story of this Live, un blog especializado en paternidad y el cuidado de los hijos que dirige Esther Anderson.El lema final del vídeo "Lo que para ti es normalidad para ellos puede ser magia" ha sido muy aplaudido en las redes social, pero algunos espectadores han lamentado también que el vídeo perpetúe un rol machista al atribuir solo a la madre el cuidado de los niños y las tareas domésticas, mientras es el padre (Teruel Melero, María Pilar 2000) quien trabaja fuera de casa.


Los niños pequeños necesitan estar con sus padres, bueno, con su madre. El pediatra y escritor (González, Carlos 2006) referente de la crianza con apego, alerta de que cada vez los padres pasan menos tiempo con sus hijos se ha convertido con libros en un referente para los padres que deciden prescindir del parvulario y ocuparse personalmente de la educación de sus hijos hasta los tres años, una tendencia en alza en España.

-¿Los parvularios son una necesidad creada para los adultos más que para los críos? Por supuesto. No se inventaron para que los niños sean más felices o aprendan algo, sino para tener dónde dejarlos. Si partiéramos de las necesidades del niño, tendríamos tres bebés por cuidador, cuidadores que tendrían que estar muy bien preparados y pagados. Deberían cobrar más que una profesora de instituto, porque mis hijos podrían soportar mejor a un mal profesor a los 15 años que a los ocho meses. Con unas instalaciones amplias, con jardincito... Muy pocos podrían pagarlo.

-Los defensores de la guardería destacan que favorece la socialización. Por debajo de los 3 años, los niños no suelen relacionarse con otros. Pueden jugar uno al lado de otro, pero no juegan uno con otro. Y en todo caso eso se podría conseguir en otros lugares. Los críos que no van a la guardería no están todo el día encerrados, irán al parque y verán a otros niños. Y socializarse es relacionarse con la sociedad entera: padres, abuelos... Es absurdo creer que un niño se va a socializar mejor si lo apartamos de la sociedad y lo metemos en una habitación con otros siete niños que tampoco hablan.

-Y sostienen que aprenden más. En la guardería, el niño no aprende cómo es el mundo. Lo hemos aislado del mundo. El crío que está con sus padres no va a estar todo el día en el salón. Acompañará a sus padres a las tiendas, al banco, a visitar a amigos...

-¿Qué beneficios tiene para el pequeño quedarse en casa? El niño que se queda con su madre es más feliz. No es la casa, es la madre; el niño prefiere estar con su madre en la calle que en casa solo o con un desconocido. Todos los niños establecen un primer vínculo de apego con una persona, casi siempre la madre, y durante los primeros tres años o así lo pasan mal si se separan, aun brevemente, de esa persona.

-¿Qué diferencias aprecia en los infantes según una u otra opción? Básicamente, los niños que han ido a la guardería tienen luego más vocabulario, pero también más impulsividad, agresividad y conductas de riesgo. Pero, ojo, eso es para guarderías de alta calidad, no para ocho bebés por cuidadora. Con nuestros parvularios no habrá ninguna ventaja cognitiva, y los problemas de conducta pueden aumentar.

-Cada vez los padres les pueden dedicar menos tiempo a sus hijos... Yo no pisé la escuela hasta los 5 años, y no me quedé a comer hasta la universidad. Y no fui un niño raro, la mayoría de mi generación fue igual. Hoy, la mayoría de los niños están escolarizados desde antes del año, se quedan a comedor desde el principio, muchos hacen actividades extraescolares porque los padres no llegarían a recogerlos. Nunca antes tantos niños habían pasado, desde tan pequeños, tantas horas separados de sus padres. Sí, vale, los niños tienen más juguetes y más ropa que antes. Pero no es eso lo que piden los niños pequeños. Piden la presencia y la atención de sus padres, y es justo eso lo que menos obtienen.

Lista de referencias editar

Fuentes originales de la noticia editar