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El aspirante a la nominación presidencial republicana Mitt Romney se impuso este martes en las primarias de Florida, según reportes preliminares, con el 47 por ciento de los votos y por amplio margen a frente a su más cercano rival Newt Gingrich, quien habría obtenido el 32 por ciento de respaldo.
Tras haber perdido en Iowa y el Carolina del Sur, este triunfo era considerado clave para Romney en sus aspiraciones de llegar a ser el candidato republicano que le dispute la Casa Blanca en los comicios de noviembre próximo al demócrata Barack Obama.
Los otros dos contendientes, el ex senador Rick Santorum, que ganó en el caucus de Iowa y luego se mantuvo tercero en los sondeos sólo alcanzó quedar en tercer puesto (13 por ciento), en tanto que el congresista por Texas Ron Paul ocupó el cuarto lugar.
Aunque ni Santorum ni Paul hicieron campaña en el importante estado sureño, ambos habían dicho que se mantendrán en la campaña aun cuando quedaran muy alejados del vencedor en Florida.
De acuerdo con el joven senador Marco Rubio, una de los políticos hispanos de mayor autoridad en las filas republicanas, el ganador en Florida será quien finalmente se lleve la nominación presidencial por el partido.
Los cuatro aspirantes republicanos a la Casa Blanca se disputaron 50 delegados de los 1.144 que se necesita para ser nominado en la Convención Nacional del partido, que tendrá lugar del 27 al 30 de agosto próximo en Tampa.
Dos terceras partes de los electores consultados a la salida de las urnas dijeron que los debates televisados de los aspirantes fueron un factor decisivo en la votación, tras una campaña que estuvo llena de ataques negativos en anuncios en la radio y la televisión, muchos de ellos en español.
Los más de 6.700 centros de votación habilitados por las autoridades electorales abrieron a las 0700 hora local (1200 GMT) a lo largo y ancho de un estado en el que según el Partido Republicano hay unos 4 millones de afiliados inscritos como votantes, y que dieron su apoyo a uno de los cuatro precandidatos que toman parte en la contienda.
Más de 90 mil republicanos votaron anticipadamente yendo a los centros electorales o mediante boletas ausentes, y aunque los resultados de la votación no eran seguros hasta última hora, todas las encuestas daban ventaja a Romney de al menos 13 puntos sobre Gingrich.
Tanto uno como otro hicieron campaña durante días para conquistar básicamente dos sectores en Florida, los latinos y los jubilados, que respectivamente representan el 22,5 por ciento y 17,3 por ciento entre una población de más de 19 millones de habitantes.
En su mensaje dirigido a los jubilados que residen en el estado, Romney aseguró que tratará de proteger tanto el Medicare (seguro de salud pública para los mayores de 65 años), como los beneficios de la Seguridad Social.
Por su parte, Gingrich dijo ser partidario de que los estadounidenses tengan la opción de seguir con el sistema de asistencia pública o de invertir en fondos de pensiones privados, una idea a la que tampoco se opone el ex gobernador de Massachussets.
A pesar de tener las probabilidades de los sondeos en contra, Gingrich recibió el fin de semana antes de las primarias el espaldarazo público del ex aspirante Herman Cain.
La importancia conferida desde el principio a Florida radica en que en este estado, a diferencia de otros grandes como California y Nueva York claramente demócratas, el voto en las presidenciales es a todas luces impredecible, debido a que los electores pueden favorecer indistintamente a última hora a uno u otro partido.
En 2008, Obama ganó Florida gracias a que recibió el apoyo del 57 por ciento de los votantes latinos, particularmente los puertorriqueños, en tanto que otra parte de los hispanos (42 por ciento), fundamentalmente los cubanos del sur del estado, respaldaron al republicano John McCain.