Malestar en China y Corea del Sur por visita de Koizumi al santuario Yasukuni

Luego de la quinta visita del primer ministro japonés Jun'ichirō Koizumi de su mandato al polémico santuario Yasukuni, los gobiernos chino y coreano han expresado nuevamente su malestar.

El polémico santuario Yasukuni

19 de octubre de 2005

Wang Yi, el embajador chino en Japón, dijo que "Koizumi debe hacerse cargo de la responsabilidad histórica de dañar las relaciones sino-japonesas" y que el gesto era una provocación al coincidir con el aterrizaje exitoso de la misión china Shenzhou 6.

Por su parte, la visita es, según el canciller coreano Ban Ki-moon, "el mayor escollo en las relaciones entre Corea del Sur y Japón".

Aunque un tribunal de Osaka declaró inconstitucionales las visitas de Koizumi al santuario, por desconocer la separación entre la religión y el Estado, el primer ministro japonés respondió que dichas visitas eran de carácter privado.

La agencia china de noticias Xinhua informa que los líderes de los partidos opositores criticaron la visita de Koizumi a Yasukuni. Seiji Maehara, líder del Partido Democrático de Japón, declaró: "Es muy lamentable. Como la Corte Suprema de Osaka ha dictado un fallo de que las visitas son inconstitucionales, espero que (Koizumi) pueda tratar esto cautelosamente en vista del principio de la separación del Estado y la Religión". Incluso Takenori Kanzaki, líder del Nuevo Komeito, aliado de Koizumi en el parlamento, cuestionó al primer ministro.

No obstante, el ministro de defensa japonés Yoshinori Ōno trató de minimizar la polémica este martes: "El señor Koizumi (...) brindó sus respetos en Yasukuni como un ciudadano japonés. Es comprensible que haya ido a lamentar la muerte de aquellos que dieron sus vidas por el país y para prometer no ir nunca más a la guerra. Pero permanece el problema de cómo lidiar con los lazos con los países vecinos (...) Debemos esforzarnos por mejorar las relaciones con China y Corea del Sur con una visión hacia adelante".

En el santuario sintoísta Yasukuni, construido en 1869, se honra la memoria de 2,5 millones de japoneses muertos en combate durante las diferentes guerras en las que ha participado el país, entre ellos 14 criminales de guerra. Ya en abril pasado hubo protestas en China y Corea del Sur por la publicación de un libro para las escuelas japonesas que disimulaba las atrocidades niponas cometidas durante la Segunda Guerra Mundial. Esto y las visitas de Koizumi a Yasukuni son, para chinos y coreanos, muestra de que Japón no desea enterrar definitivamente su oscuro pasado imperialista.

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Fuentes